El sector inmobiliario a nivel mundial siempre estará influenciado por las disposiciones financieras y legales de los países. El devenir económico encauza el rumbo del mercado de los bienes inmuebles y siempre será un termómetro para medir la temperatura económica de las sociedades
-Bajada de precios:
Hay países en los cuales el cálculo de los precios del mercado se crea, de acuerdo a los niveles de inflación y al valor de la moneda, sin hacer mayor reparo en el tipo de inmueble y la zona. Esto no ocurre en nuestro país, donde el precio del inmueble se da, de acuerdo con, la zona, el tipo de propiedad, etc. Lo que siempre ha permitido un mayor acceso a las viviendas y ha ampliado las posibilidades de negociación de los precios, en base a la oferta y la demanda.
-Nivelación del acceso a las viviendas:
Durante un tiempo, una parte del acceso a las propiedades estuvo hasta cierto punto regulado por disposiciones gubernamentales dirigidas específicamente al sector, con el establecimiento de las VPO (Viviendas de protección oficial), cuyo precio de venta o alquiler está totalmente controlado por la administración. Estas representaban una suerte de afrenta a la ley natural de la oferta y la demanda. Sin embargo, el precio regulado ya es casi el mismo que precio del mercado, por lo que las VPO ya no son una amenaza.
España se ha reimpulsado desde varias aristas, retomando hasta cierto punto su solidez socioeconómica, lo cual ha aumentado el interés de compradores extranjeros, quienes van tras su atractivo turístico, artístico e histórico.
-Mayor afluencia del crédito finaciero:
El bajo precio del dinero (porcentaje de interés al que se prestan dinero las entidades financieras entre ellas) ha dado como resultado un incremento de la concesión de hipotecas, relajando las exigentes condiciones establecidas durante la crisis. Método tradicional para poder sanear los resultados económicos de las entidades financieras, ya que el negocio de estas es básicamente prestar dinero y cobrar un interés por ello.